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Los parques tecnológicos de Boecillo y León pierden 734 empleos en un lustro

Fuente: diariodevalladolid.es

Los últimos coletazos de la crisis económica continúan haciendo una mella a la que ni las empresas de alta tecnificación, resistentes por antonomasia, salen inmunes. Una grieta aun sin cerrar por la que los parques tecnológicos de la Comunidad perdieron 734 puestos de trabajos en el último lustro. Sin embargo, el balance de cinco años también devuelve un ápice de esta resistencia con más de 300 millones más de facturación.

Estas son las conclusiones que a priori se extraen de la evolución experimentada por estos organismos de 2012 a 2017, facilitada por la Consejería de Economía y Hacienda. El departamento que dirige Pilar del Olmo gestiona, a través del Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE), los tres parques tecnológicos con los que Castilla y León cuenta a día de hoy: Boecillo, León y Burgos. El último está ya preparado para su puesta en marcha mientras que los otros dos, con décadas de andadura a sus espaldas, suman 129 empresas que ocupan, en ambos casos, tres cuartas partes de su superficie.

La veteranía en la apuesta por la innovación del Ejecutivo autonómico está en el municipio vallisoletano, a 15 kilómetros de la capital. Actualmente, tras 26 años de rodaje, dispone de 118 hectáreas –de 350– totalmente operativas en las que están instaladas más de un centenar de compañías de base tecnológica, 13 menos que hace un lustro.

En el caso de Boecillo, la pérdida más notable sigue el patrón autonómico con casi un millar de puestos de trabajo menos que en 2012, la mayor parte de los mismos –966– eran empleos directos de empresas y los dos centros tecnológicos con los que cuenta, Cidaut y Cartif. Cabe recordar que hubo un tercero, Cetele, dedicado al impulso de las tecnologías de la información y la comunicación; pero la falta de proyectos públicos le llevó a cerrar sus puertas en febrero de 2012, tras 16 años de actividad.

Resulta chocante que, sin embargo, la facturación de Boecillo creciera más de un 61% en el periodo de tiempo objeto de análisis hasta superar los 718 millones el año pasado, cuando la inversión fue de 573.
Más pequeño, en todos los aspectos, es el Parque de León que arrancó hace diez años. Un década ha necesitado para alcanzar el compromiso puesto sobre la mesa con su proyecto: los mil empleos. Lejos quedan las 80 empresas previstas, con 26 instaladas hasta el momento –11 más que las activas en 2012– en tres cuartas partes de las 32 hectáreas que componen este espacio, diez veces menor que el ubicado en la localidad vallisoletana. El pasado ejercicio se saldó en León con 247 trabajadores más que hace un lustro –que rebajaron la pérdida conjunta–, a pesar de sufrir el empleo directo de las empresas de servicios una caída cercana al 16%.

En lo que respecta a la facturación, el crecimiento es del 70% al pasar de menos de 50 millones en 2012 a cerca de 85 a finales del pasado ejercicio. Aun es más notable la subida de las inversiones acumuladas, con casi 81 millones más. El Parque de León, como ocurre con Boecillo, logra en 2017 los mejores datos del último lustro.

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