Entre Árboles y Fuentes

Tradicionalmente dispuso de numerosas fuentes, de aguas limpias y potables: «El Caño», en el casco urbano (junto a «La Arbolada» y «La Olma»), fue famosa por la bondad de sus aguas para la cocción de legumbres. Vertía en un gran pilón de piedra que servia de abrevadero al ganado. «La Fuente del Rector», en referencia a que brotaba en terrenos del Colegio de Escoceses, fue creada por el antiguo Rector del Colegio en un bello paraje, enclavado en una ladera de frondosa vegetación. Por su proximidad a las bodegas, era elemento indispensable para la limpieza de cubas y bocoyes de roble.
Tradicionalmente dispuso de numerosas fuentes, de aguas limpias y potables: «El Caño», en el casco urbano (junto a «La Arbolada» y «La Olma»), fue famosa por la bondad de sus aguas para la cocción de legumbres. Vertía en un gran pilón de piedra que servia de abrevadero al ganado. «La Fuente del Rector», en referencia a que brotaba en terrenos del Colegio de Escoceses, fue creada por el antiguo Rector del Colegio en un bello paraje, enclavado en una ladera de frondosa vegetación. Por su proximidad a las bodegas, era elemento indispensable para la limpieza de cubas y bocoyes de roble.
«La Fuente Villamayor» era el lavadero público. Afortunadamente hoy perdura, habiendo sido rehabilitada, dotándola de una amplísima zona verde. Este espacio, antigua carretera («La Carretera Vieja»), es mencionado por el famoso escritor vallisoletano Delibes en alguno de sus libros. De hecho, Don Miguel ya subía con su bicicleta a golpe de pedal esta cuesta; citando también una dura curva a mitad de la misma denominada «El Recodo».